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Reproducimos equí’l comunicáu de la confederación de Sindicatos de Trabayadores de la Enseñanza (STES), de la que SUATEA ye miembru fundador
El Ministerio de Educación y Formación Profesional va aprobando los currículos que, como desarrollo de la LOMLOE, han de entrar en vigor el próximo mes de septiembre, al inicio del curso escolar 2.022-23 en Infantil, en los cursos impares de Primaria y Secundaria y en 1º en bachillerato y en los ciclos formativos de grado básico. Para el curso 2.022-23 ya habrán de estar vigentes en toda la enseñanza no universitaria.
El 2 de febrero de 2.022 se publicó en el BOE, el Real decreto por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de Educación Infantil, el 2 de marzo, también de este año, el de Educación Primaria y este pasado 30 de marzo el de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). En las próximas semanas se publicarán los de bachillerato y formación profesional.
CON PREMURA DE TIEMPO Y SIN CONTAR CON EL PROFESORADO.-
La probación de los nuevos currículos se produce 15 meses después de la aprobación de la ley orgánica que los origina y a escasos seis meses de su entrada en vigor. Hay que tener en cuenta, además, que esta es solo una parte del proceso. Las Comunidades Autónomas han de completar el currículo en un porcentaje del 50 ó 40% (según que la propia CA tenga lengua oficial propia o no), con lo que la aprobación definitiva en cada Autonomía se acercará todavía más al inicio de curso.
Es lamentable constatar que, en este proceso, el Ministerio no haya contado en absoluto con el profesorado. La dinámica negativa instalada en este sentido en el Ministerio de Educación se extiende ya a hace más de una década. Cuando en diciembre del año 2.011, el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, nombró a Juan Ignacio Wert, ministro de educación, las negociaciones con los representantes del profesorado, prácticamente desaparecieron. La legislación que se impuso en esa época -con mayoría absoluta del Partido Popular- lesionó gravemente las condiciones del profesorado y perjudicó a la enseñanza pública. La situación -en cuanto a la dinámica negociadora- apenas ha cambiado con las ministras socialistas que desde 2.018 han asumido la responsabilidad de la cartera de educación. Sin embargo, con la actual ministra Pilar Alegría, se ha dado un paso especialmente perjudicial para el profesorado. No es que no se le tenga en cuenta en algo que depende de su implicación el que pueda ser implantado con éxito, como son los currículos. Es que la Sra. Alegría ha situado al profesorado como el objetivo fundamental cuando habla de los males de la educación. Ninguno de sus predecesores había sido tan hostil con el profesorado, como lo ha sido la actual ministra en sus comparecencias oficiales en el Congreso, en el Senado, en el Consejo Escolar, … etc. al tiempo que elaboraba unos currículos a sus espaldas.
No ha habido posibilidad de participación alguna, más allá de lo estrictamente obligado por ley. Muy lejos quedan aquellos tiempos en que las reformas educativas eran debatidas en los claustros, con tiempo para ello, en base a documentos con propuestas enviados a los centros educativos por el propio Ministerio.
LA RELIGIÓN SE QUEDA, LA FILOSOFÍA DESAPARACE, LA COMPETITIVAD ENTRA EN LA ESCUELA
Más allá de la forma empleada, hay aspectos que son muy preocupantes. Que después de 70 años permanezca vigente el Concordato del Estado Español con la Santa Sede, firmado en los años 50 del pasado siglo por un régimen dictatorial (este Concordato apenas fue matizado por la renovación del mismo con fecha 3 de enero de 1.979, en aquellos aspectos que chocaban frontalmente con la Constitución Española aprobada en diciembre de 1.978), parece difícilmente explicable. En base a dicho concordato, se hace obligatoria la oferta de la enseñanza de la asignatura de religión católica como optativa para todo el alumnado en todos los centros educativos, dentro del horario escolar.
Por el contrario, las enseñanzas humanísticas pierden terreno. La filosofía ya no aparece dentro del porcentaje de enseñanzas mínimas obligatorias en el real decreto relativo a la Enseñanza Secundaria Obligatoria, que el Ministerio determina a nivel estatal, sino que queda a expensas de que las Comunidades Autónomas lo incluyan dentro de lo que ellas pueden legislar. Aunque aparecen otras asignaturas que suelen conllevar un debate más político que educativo (educación para la ciudadanía con la LOE en 2.006, educación en valores cívicos y éticos, ahora con la LOMLOE), es innegable que para el Ministerio las enseñanzas humanísticas no entran en un primer plano de preocupación.
Y paralelamente a ello, todo el currículo se impregna de competitividad. El fomento “del espíritu emprendedor” aparece transversalmente en todas las etapas -desde Infantil- y en todas las materias.
UNA ENSEÑANZA MENOS MEMORÍSTICA Y CON MENOS REPETIDORES
El cambio de enfoque de una enseñanza memorística a un aprendizaje basado en competencias, es otra constante en los nuevos currículos. Aún con las matizaciones que caben hacerse al aprendizaje basado en las competencias educativas, parecía urgente sustituir una enseñanza basada exclusivamente en aprendizajes memorísticos, más propia de tiempos muy pasados.
Otro de los cambios controvertidos que se establecen ahora, hace referencia a la promoción de curso. España, con un índice de repetidores muy superior al de otros países europeos en la enseñanza obligatoria, dedica mucha menos inversión educativa en relación a su PIB que esos otros países y, además, parte de esa inversión no parece que se aproveche adecuadamente. El alumnado repetidor no parece mejorar sustancialmente con la repetición de curso, mejora que sí se produce cunado la atención a ese alumnado con carencias educativas es personalizada, que es el sistema que siguen las naciones en los que el índice de repetidores no suele pasar de un porcentaje muy pequeño (un 2 % en muchos casos, como máximo).
OTROS ASPECTOS EN LOS QUE SE AVANZA
Sí quedan incluidos en los nuevos currículos, de manera transversal, principios irrenunciables como la igualdad de género o el cuidado del medio ambiente. Habrá de exigirse que se dote a los centros educativos de los medios necesarios para que la educación en igualdad sea una realidad y habrán de ponerse en funcionamiento acciones formativas para el profesorado, al mismo tiempo que la necesidad de que los centros educativos se transformen en centros sostenibles es imprescindible si queremos adecuar la realidad de lo que vive el alumnado a lo que aprende.
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