Primeras impresiones de inicio de curso: suaves maneras y datos ambiguos

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SUATEA no comparte el optimismo mostrado el martes, 5 de septiembre, en la reunión con las organizaciones sindicales por la Consejera de Educación, Lydia Espina, respecto a la rebaja de la tasa de interinidad. Mientras que la Consejera se congratulaba de haber reducido la tasa de interinidad al 8,7% de la plantilla tras el proceso de estabilización de este verano, dato muy cercano al objetivo del 8%, la realidad nos dice que, a día 1 de septiembre, alrededor de una cuarta parte de la plantilla está formada por profesorado interino, del cual más del 40% está contratado a media jornada, llegando incluso a casos como el de la especialidad de Audición y Lenguaje, que supera el 60%, o el de asturianu, que alcanza el 80%. 

La diferencia entre un dato y otro es que mientras nosotros hablamos del porcentaje de interinaje sobre el profesorado total contratado, la Consejería maneja exclusivamente el personal contratado como interino que está ocupando puestos de plantilla orgánica ( en fraude de ley). Por lo tanto, el dato estrella del que alardea Lydia Espina es una interpretación interesada para camuflar la aún elevadísima tasa de interinidad en Asturias.

Reiteramos, asimismo, la necesidad de transparencia en la naturaleza de los puestos docentes (estructurales/orgánicas frente a temporales/necesidades autorizadas) para conocer la realidad de la plantilla, así como propiciar un mayor papel a la negociación con las organizaciones sindicales, peticiones que venimos haciendo de cursos anteriores.

No queremos acabar sin mencionar que compartimos la prioridad de la Consejería por el bienestar emocional  y la prevención del acoso, pero lo que sin duda contribuiría a ello sería  la atención personalizada al alumnado y una apuesta rotunda por el plan de coeducación. Más eficaz que una pionera unidad de respuesta rápida para gestionar conflictos en los centros, sería una plantilla amplia y estable, con más tiempo para la acción tutorial, para la formación, y para la coordinación docente e implementación de los planes y programas del centro. 

Sin embargo, la realidad es que la burocracia continúa asfixiando la labor docente;  la ratio de buena parte del profesorado supera con creces los 50 alumnos y alumnas imposibilitando la atención individualizada; en la mayoría de las unidades de orientación, el personal reparte su jornada laboral en varios centros y el presupuesto de programas como el VUELA se distribuye en jornadas parciales de naturaleza temporal. El Decreto de Equidad todavía no ha visto la luz debido al elevado número de enmiendas que recibió el texto propuesto en su momento. El plan de coeducación, pese a ser obligatorio,  no tiene el protagonismo que se merece, no hay un objetivo institucional para alcanzar el 80% de participación en los cursos de formación del profesorado, como sí sucede con el plan de digitalización y, desde luego no cuenta con el  millonario presupuesto de este último, que reducirá la brecha digital, no la de género, y, de paso, generará una buena cartera de clientes a las multinacionales.

El Secretariado del SUATEA,

En Uviéu, a 11 de setiembre de 2022

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