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Según ONU Mujeres, cuando las mujeres asumen roles de liderazgo y participan en los procesos de paz, se logra una paz más duradera. Desde que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobara, hace 17 años, la novedosa resolución 1325 reclamando la participación de las mujeres en las tareas de consolidación de la paz, son cada vez más las pruebas que indican que las mujeres desempeñan un poderoso rol en el sostenimiento de la paz en sus respectivas comunidades y naciones. Existen estudios que evidencian que la igualdad de género ayuda a evitar conflictos, mientras que la presencia de tasas elevadas de violencia contra las mujeres guarda correlación con el surgimiento de conflictos.
Sin embargo, a pesar de estas pruebas, las medidas en pos de una mayor inclusión, liderazgo y protección de las mujeres siguen siendo insuficientes. En algunos lugares incluso se han producido retrocesos en este sentido.
Desde la Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical, apoyamos el liderazgo de las mujeres en los procesos de Paz. Entendemos que en las zonas de conflicto las mujeres sufren una doble violencia, por un lado la violencia derivada del conflicto y por otro lado la violencia que sufren por el hecho de ser mujer. Pero las mujeres no solo sufren violencia y desprotección en el conflicto. En los lugares posconflictos las mujeres sufren una mayor desigualdad, además las tasas de mortalidad materna es muy superior a la media mundial, y las niñas son excluidas de la escolarización. En muchos casos son utilizadas y reclutadas por organizaciones terroristas (entre el 20 y 30% Según ONU Mujeres)
Los campos de refugiados son caldo de cultivo de desigualdades y abusos hacia mujeres y niñas. En ocasiones llegan solas y son utilizadas para comerciar con sus cuerpos por mafias establecidas en estos asentamientos.
Desde la Organización de Mujeres reivindicamos el papel de las mujeres en las negociaciones de Paz y en la resolución de conflictos. Está demostrado que en aquellos acuerdos donde han participado mujeres han sido más duraderos, con medidas igualitarias y con perspectiva de género.
La vulnerabilidad de las mujeres es un hecho y ante esta situación la OM exige:
– Que se aborden las necesidades y vulnerabilidades específicas de las mujeres y niñas como respuesta a la crisis migratoria y de personas refugiadas para mitigar las graves consecuencias médicas y psicológicas que causan las migraciones traumáticas.
– Que las mujeres tengan derecho a reclamar asilo y lo puedan hacer de manera independiente.
– Que se proteja a las mujeres refugiadas frente a la violencia y se reconozca la violencia contra las mujeres como una forma de persecución de acuerdo con la Convención sobre los Refugiados de las Naciones Unidas.
– Que se den respuestas con garantías de género de acuerdo con las normas de derechos humanos tanto a los conflictos armados como al drama de las personas refugiadas y desplazadas.
– Que se destinen partidas económicas específicas para cubrir las necesidades de las mujeres y para promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres de las zonas en conflicto.
Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical y la Secretaría de Muyer de SUATEA
24 de mayo de 2018
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