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SUATEA reclama la reducción de las horas lectivas en infantil y primaria de 25 a 23 para mejorar las condiciones laborales y la calidad educativa.
La jornada laboral de un docente es mucho más que el tiempo presencial con los alumnos. Se requiere tiempo para reunirse con los padres, para coordinarse con los demás profesores, para preparar las clases, para corregir las tareas, para formarse y actualizarse, para analizar las estrategias de atención a la diversidad, o para realizar la cada vez más aplastante burocracia. Todo ello, en su conjunto, suman las 37,5 h de jornada laboral (presencial y no presencial) de un docente. O, al menos, debería, pues la realidad ha llevado a muchísimos docentes a superar con creces las 40 horas de jornada semanal. Y es que, con 25 horas semanales lectivas, la totalidad del trabajo no lectivo se ha de acumular en las 12,5 horas semanales restantes. Dos horas y media de lunes a viernes para todas las tareas anteriormente indicadas es una cantidad de tiempo francamente pequeña, lo que lleva a buena parte del profesorado a hacer una buena dosis de horas extra no remuneradas para poder dar a su alumnado la atención que merece.
Sin embargo, este uso de horas extra no remuneradas, además de ser una violación directa de los derechos laborales del profesorado de infantil y primaria, supone una merma en la calidad de la educación. Enseñar a grupos de 25 niños y niñas de 3 a 12 años es una tarea agotadora, y supone un desgaste importante. El exceso de horas presenciales, no solo reduce el tiempo posterior para preparar las clases y diseñar estrategias de atención a la diversidad, y realizar el resto de tareas ya anteriormente comentadas, sino que perjudica a las propias horas de atención personal del alumnado, que se encuentra con un profesorado, cansado, extenuado y desgastado que no va a poder realizar su trabajo con la misma eficacia. La reducción del número de horas lectivas es, por tanto, no solo un imperativo laboral, sino también una necesidad para mejorar la calidad educativa en la etapa que, precisamente, constituirá la base sobre la que descansará el resto de la vida académica del alumnado.
Por todo ello, desde SUATEA llevamos casi 10 años solicitando reducción del número de horas lectivas en infantil y primaria a 23. Entendemos que esta reducción de dos horas permitirá realizar todo ese trabajo no incluido en la docencia directa y que actualmente está ahogando al profesorado de estas etapas pero, además, entendemos que, al suponer una reducción de los periodos de docencia directa con el alumnado, se reducirá el desgaste del profesorado, y se mejorará la calidad educativa. Por otro lado, la petición de SUATEA está amparada legalmente por la Ley 4/2019, de 7 de marzo que, en su artículo 1.2, aconseja a las comunidades autónomas que el horario docente no supere las 23 horas lectivas en infantil y primaria, es decir, la norma estatal aconseja lo mismo que SUATEA demanda, pero la administración asturiana, de momento, se niega a aplicar.
No obstante, durante el inicio de curso, nos entrevistamos con la actual consejera de educación, Lidia Espina, que nos mostró su simpatía hacia esta medida, reconociendo que, como maestra de primaria, comprende las motivaciones que llevan a SUATEA a pedir que se implante. Entendiendo, por tanto, que hay voluntad política de hacerlo, solo falta traducir esa voluntad en acción. Por ello, desde SUATEA, pedimos a la Consejería de Educación que se legisle durante este curso la limitación a 23 horas lectivas en infantil y primaria, para que sea aplicada en el curso próximo y al Gobierno asturiano que lo tenga en cuenta en la aprobación de los presupuestos para el año venidero.
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