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La Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical contra la explotación sexual y el tráfico de mujeres y menores.
Aunque pensemos que en pleno siglo XXI la esclavitud como tal está abolida y es inexistente, nada más lejos de la realidad. La esclavitud actual es aparentemente invisible y se alimenta constantemente de la desigualdad, la pobreza, la impunidad y la injusticia, en definitiva, un Monstruo latente en nuestra sociedad. La Trata de Seres Humanos es un delito que vulnera los Derechos Humanos y que existe en todos los países, ya que 142 países que representan el 94% de la población mundial están afectados por esta ya sea como país de origen, tránsito o destino. Los ejecutores de esta trata aprovechan las situaciones de vulnerabilidad que rodean a las víctimas para obtener un beneficio económico o en especie, como consecuencia de dicha explotación.
Una de las finalidades de la Trata es la explotación sexual, incluyendo la pornografía. La trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual es una de las formas más crueles de violencia de género. Cada año entre 600.000 y 800.000 personas cruzan las fronteras internacionales como víctimas de tarta, el 80% son mujeres y si nos referimos a trata con fines de explotación sexual, son un 98% mujeres y niñas. A todo esto, tenemos que sumar que son las mujeres en mayor número reclamadas para la explotación sexual. Hay varios factores que explican la vulnerabilidad mayor en las mujeres motivada, entre otros, por los siguientes factores: el sistema patriarcal, los conflictos armados, la feminización de la pobreza, la desigualdad en la educación, en formación y ámbito laboral…situaciones que las llevan a emigrar buscando un presente y un futuro mejor.
Como ocurre en otras violencias de género contamos con víctimas de perfiles diferentes; las primeras, son aquellas que denuncian y sirve su testimonio para investigaciones policiales. Hay que tener en cuenta que suelen ser mujeres inmigrantes que dan este paso aún a sabiendas de no saber cuál será su destino. Las segundas, podemos decir que son aquellas que no se identifican como víctimas de trata, siéndolo, porque creen que han sido libres y han elegido ellas su futuro…mujeres enganchadas a las drogas, alcohol…a su propio tratante, porque no tienen nada en la vida y porque no ven la diferencia entre cadenas reales y cadenas no visibles.
La pobreza es la marca de todas aquellas mujeres que son objeto de trata, la mayoría son engañadas fácilmente con promesas de un trabajo y una vida digna en un país rico. En la UE la mayoría de las víctimas proceden de Bulgaria, Rumanía, Holanda, Polonia y Hungría. Las no pertenecientes a la UE son principalmente de Nigeria, Brasil, China, Vietnam y Rusia. En este contexto no debemos olvidar y recriminar a España que es uno de los principales países de destino de la trata de mujeres con fines de explotación sexual, la mayoría jóvenes de entre 18 y 25 años que provienen principalmente de Nigeria, Rumanía, China, Brasil y Bolivia. Es complicado detectar la trata debido a la alta movilidad dentro y fuera de España (Amelia Tiganus, Rumanía, fue violada con 13 años y a los 17 la captaron en su país de origen para traerla a España. La explotaron durante cinco años en más de cuarenta prostíbulos), son varios los factores que complican una actuación efectiva en algunos casos puesto que son mujeres y niñas con: falta de recursos; desconocimiento del idioma; miedo y angustia psicológica y falta de oportunidades una vez liberadas.
Aquí podemos leer dos breves testimonios de mujeres que fueron engañadas en tratas con fines de explotación sexual:
Carla , Brasil: “Te dicen que vienes para ser empleada doméstica, pero luego te llevan a un club a otro y te amenazan a ti y a tu familia”
Norma Bastidas, mejicana víctima de trata sexual en Japón, creía ir como modelo: “Evoco la desesperación, la soledad de saber que no le importas a nadie, que no hablas el idioma, que no puedes pedir ayuda, que estás atrapada”
En la actualidad, debido a la gran facilidad de acceso a la pornografía a través de internet, el consumo por parte de mayores y menores ha aumentado considerablemente. La cosificación de la mujer, la humillación y el sometimiento en la pornografía está llevando a crear en la mente de muchos hombre y adolescentes falsas expectativas de las relaciones sexuales junto a comportamientos machistas.
Dos testimonios de miles que existen relacionados con trata de mujeres y pornografía:
Linda Boreman: comenzó su actividad en la industria pornográfica en 1972 debido a la imposición de su marido. Apareció en varias películas obligada y años más tarde se covirtió en defensora del movimiento contra la pornografía. Compartió su testimonio diciendo que se inició en la industria pornográfica con una violación en grupo y que había sido amenazada con una pistola.
En Miami un expolicía captaba a mujeres modelos por internet, les prometía trabajos y quedaba con ellas. Al llegar estas las drogaba y luego las llevaba a un lugar donde otro hombre abusaba de ellas y las grababa. El material era utilizado para pornografía por internet.
Terminar totalmente con la trata y explotación sexual de mujeres y niñas es un trabajo duro y complicado, como mujeres lo reconocemos, pero pedimos a las Autoridades pertinentes, a los y a las gobernantes de este mundo tan injusto que pongan de su parte, que inviertan más en erradicar esta lacra, que utilicen todos los medios necesarios para que las mujeres no continuemos siendo el objetivo sencillo de aquellos que carecen de calidad humana.
Madrid, 23 de septiembre de 2019
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