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La Consejería Educación anunció estos días en la prensa la publicación de los proyectos de currículo de Educación Infantil (EI), Educación Primaria, ESO y Bachillerato.
El proyecto de currículo de EI incumple completamente nuestra legislación autonómica.
En el “preámbulo” que formalmente es donde se especifiquen los fundamentos de hecho y de derecho, no se hace ninguna mención al artículo 4 del Estatuto de Autonomía de Asturias donde en su punto 2 haciendo referencia al asturiano “ …se promoverá su utilización, su difusión en los medios de comunicación y su enseñanza…” Tampoco a la Ley de Uso que en su artículo 10 se dedica especialmente al currículo y obliga a garantizar la enseñanza de nuestras lenguas de forma voluntaria :“10.1. En el ejercicio de su competencias, el Principado de Asturias ha de garantizar la enseñanza del bable/asturiano en todos los niveles y grados, respetando no obstante la voluntariedad de su aprendizaje”.
En su articulado tampoco se regula ningún contenido de nuestras lenguas ni siquiera de modo equivalente a la lengua extranjera, Inglés, donde en los saberes básicos para el Segundo Ciclo refiere: “- Aproximación a la lengua extranjera. Elementos para una comunicación funcional básica.”
Para el Gobierno asturiano y su consejerías competentes en normalización lingüística y educación, los asturianos y nuestras lenguas no tienen siquiera la categoría curricular de “extranjeras” es decir extrañas, raras, sencillamente son alienígenas pues las hacen desaparecer completamente del currículo o como mucho forman parte de un decorado contextual ambiental sonoro sin mayor trascendencia educativa.
Esta ausencia curricular supone además una ruptura drástica en la transición de la lengua materna-ambiental a la institucional-escolar con palpables consecuencias negativas en el proceso de aprendizaje, en el proceso de recuperación lingüística y en la falta de continuidad en los contenidos entre la etapa EI y Primaria.
En la etapa de Primaria sigue con el tratamiento curricular anterior y una carga horaria marginal, una hora y media semanal, ante las 5 de Castellano o las 3-4 de Inglés.
En la Educación Secundaria Obligatoria se reduce la carga horaria una hora en el cómputo semanal global pasando de 9 a 8 horas. En Bachillerato aumenta de 1 hora a 3 horas (con la LOE llegó a tener 4). En estas últimas etapas educativas preuniversitarias además debe competir en optatividad con otras asignaturas como segunda lengua extranjera, “Taller de Economía Aplicada”, “Digitalización”, “Proyecto de Emprendimiento Social” o “Cultura Clásica”, contrariamente a lo dispuesto por el artículo 4 de nuestro Estatuto Autonomía donde prescribe la voluntariedad de su aprendizaje, no su optatividad.
En síntesis: un Gobierno que dice estar a favor de la oficialidad presenta unos currículos que paralizan el avance hacia ella y mantiene nuestras lenguas en la situación de marginalidad que vienen sufriendo desde hace casi 40 años de gobiernos prácticamente seguidos del PSOE.
Acabar con esta situación de parálisis es urgente si no queremos que desaparezca nuestro patrimonio lingüístico. Pese a que la oficialidad es el marco jurídico adecuado para recuperarnos de esa parálisis, curricularmente podemos aproximarnos a ella.
En consecuencia, desde SUATEA exigimos:
- La modificación del proyecto de currículo de EI para que recoja la enseñanza de nuestras lenguas en equidad con el castellano.
- La modificación de los currículos de Primaria, ESO y Bachillerato donde se recoja un tratamiento horario, de contenidos y metodológico semejante al castellano.
En Uviéu a 16 de mayo de 2022
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