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El impacto de la pandemia sigue marcando la actividad en los centros educativos asturianos. Así lo reconoció ayer, en una comparecencia en la Junta General, la consejera de Educación Lydia Espina, señalando que los datos de la pandemia vuelven a ser preocupantes y asustan a los responsables educativos. Desde SUATEA queremos señalar que nos encontramos en una situación que obliga al profesorado a realizar un esfuerzo extra para paliar las deficiencias no subsanadas por las administraciones educativas. Uno de estos déficits, posiblemente el que más trastornos genera al profesorado y al alumnado es el sistema de sustituciones del personal docente, que no garantiza la inmediatez en la cobertura de bajas. Un problema de gestión que arrastra desde hace décadas la administración educativa asturiana.
Respecto a las medidas de prevención para el presente curso escolar, SUATEA ya manifestó su rechazo, y así lo comunicó a la propia consejera en la entrevista mantenida en septiembre, ante la decisión de volver a las ratios de alumnado por aula existentes antes de la llegada de la pandemia. Señalamos que mientras se mantenga la alerta sanitaria, una política de precaución y prevención pasa por mantener las condiciones para impedir la masificación del alumnado que se produce en determinados niveles educativos y/o en determinados centros. No tiene sentido mantener las entradas y salidas escalonadas y, al mismo tiempo, juntar a más de treinta alumnos y alumnas en las aulas de Bachillerato.
Ahora, el aumento de los contagios entre el profesorado y el alumnado y de las consiguientes medidas de confinamiento de las últimas semanas, ponen de manifiesto que las autoridades educativas tomaron decisiones en cuya base argumental pesaron más los motivos presupuestarios que los sanitarios, al prescindir de los escasos refuerzos de plantilla con la que se dotó a los centros el curso pasado; como si el sistema ya estuviese preparado para afrontar nuevas olas, o como si nadie las esperase.
Sin embargo, con fecha 30 de noviembre, la propia Consejería informaba que había 78 aulas y 1560 estudiantes confinados, lo que suponía en ese momento el 1.16% de unidades y el 1.13% de alumnado. Estas cifras se han incrementado desde entonces y las perspectivas no invitan a pensar que la tendencia se vaya a invertir en las próximas semanas.
Coincidiendo todos los agentes educativos en la importancia de la enseñanza presencial, parece de una cortedad de miras impresionante no poner a disposición los medios adecuados para asegurar esa presencialidad hasta unos límites razonables y esto pasa por la contratación de más profesorado, y de la figura de personal de enfermería escolar con carácter estructural que permita afrontar con mayor solvencia este tipo de situaciones coyunturales y tantas otras incidencias de índole sanitario que ocurren en los centros.
Desde SUATEA insistimos en que la Consejería debe velar por el cumplimiento de sus propios protocolos en los centros educativos: provisión de mascarillas, medidores de CO2, etc. pero también queremos denunciar el papel del Ministerio de Educación, incapaz de establecer protocolos comunes, a pesar de las numerosas reuniones mantenidas en el seno de la Conferencia Sectorial de Educación. Un Ministerio que parece responder fundamentalmente a criterios políticos y que, en consecuencia, posterga las medidas que desde un punto de vista educativo y sanitario debían ser prioritarias. La Sra. Pilar Alegría debe entender que su obligación fundamental es con la comunidad educativa, no con Pedro Sánchez, ni con los responsables políticos de las Consejerías y Departamentos de Educación de las Comunidades Autónomas.
El Secretariado de SUATEA
Uviéu, 14 de diciembre de 2021
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