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El Día Internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme se instauró el 24 de mayo de 1982 por grupos pacifistas de mujeres europeas, para recordar las campañas realizadas por las británicas que se opusieron a la OTAN y a la instalación de sus bases militares. Hoy, esta conmemoración sirve para recordar al mundo la violencia que sufren las mujeres en los conflictos y post conflictos armados.
La Resolución 1325 (2000) del Consejo de Seguridad de la ONU, es la primera en que se trató el efecto desproporcionado y singular del conflicto armado en las mujeres. En esta resolución se subraya la importancia de que las mujeres participen en pie de igualdad e intervengan plenamente en la prevención y solución de los conflictos, la consolidación de la paz y el mantenimiento de la paz. También insta a los Estados Miembros a que garanticen la participación en pie de igualdad y la plena participación en todos los esfuerzos para mantener y promover la paz y la seguridad e insta a todos los agentes a que aumenten la representación de la mujer e incorporen una perspectiva de género en todas las esferas de la consolidación de la paz.
Reconociendo el efecto que tiene la violencia sexual en los conflictos en el mantenimiento de la paz y la seguridad, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 1820 del Consejo de Seguridad en que se vincula explícitamente la violencia sexual como táctica de guerra con la mujer, la paz y la seguridad. Las mujeres que se encuentran en zona de conflicto bélico, tienen doble peligro, el derivado del propio conflicto y además la violencia sexual que pueden sufrir por parte de los hombres que están en este conflicto.
Pero no solo las mujeres en zonas bélicas sufren violencia sexual. Las mujeres migrantes son también muy vulnerables, así en Mexico se estima que 6 de cada 10 mujeres migrantes sufren violencia sexual en su camino en busca del sueño americano. Las mujeres Sirias en su periplo también han sufrido violencia sexual aunque es difícil obtener datos por el hermetismo de estas ante posibles represalias. Lo mismo ocurre con las mujeres migrantes Africanas.
La vulnerabilidad de las mujeres es un hecho y ante esta situación la Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical y SUATEA exigimos:
– Que se aborden las necesidades y vulnerabilidades específicas de las mujeres y niñas como respuesta a la crisis migratoria y de personas refugiadas para mitigar las graves consecuencias médicas y psicológicas que causan las migraciones traumáticas.
– Que se facilite que las mujeres tengan derecho a reclamar asilo y, dado que el dominio patriarcal de sus sociedades les niega derechos, lo puedan hacer de manera independiente.
– Que se proteja a las mujeres refugiadas frente a la violencia y se reconozca la violencia contra las mujeres como una forma de persecución de acuerdo con la Convención sobre los Refugiados de las Naciones Unidas.
– Que se den respuestas con garantías de género de acuerdo con las normas de derechos humanos tanto a los conflictos armados como al drama de las personas refugiadas y desplazadas.
– Que se destinen partidas económicas específicas para responder a las necesidades específicas de las mujeres y para promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres de las zonas en conflicto.
Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical y SUATEA
24 de mayo de 2017
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