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A pesar de algunas propuestas positivas, las nuevas exigencias incluidas en el futuro Estatuto Docente refuerzan un modelo jerarquizado y competitivo que perjudica al colectivo docente y a la enseñanza pública.
STEs-i y SUATEA como parte integrante de STEs-i, criticamos las nuevas exigencias del Estatuto Docente mientras reclamamos la reversión total de los recortes educativos y políticas que dignifiquen verdaderamente la labor docente.
Nos oponemos rotundamente a un modelo competitivo que fomente la desigualdad y el individualismo en lugar de la cooperación y el trabajo en equipo.
Más de una década llevaba la Mesa de Negociación del Personal Docente no Universitario sin sentarse a negociar medidas que supongan el fin de las políticas de recortes y mejoras de las condiciones laborales del profesorado. A día de hoy, no se han recuperado aún, en todas las Comunidades Autónomas las condiciones laborales previas a los recortes derivados del Real Decreto Ley 14/2012 ni se ha compensado el deterioro que sufrió la enseñanza pública recuperando la inversión y los derechos laborales, sociales y sindicales de las y los docentes; la Ley 4/2019, de mejora de las condiciones para el desempeño de la docencia resultó insuficiente porque no obligaba a cumplir sus recomendaciones. Para SUATEA, hasta que no se reviertan los recortes que se ejecutaron durante la crisis, no se puede hablar de mejoras para la educación pública.
Por otro lado, la LOMLOE obligaba a crear una normativa sobre el desarrollo de la profesión docente. En enero de 2022 se publicó el Documento para debate: 24 propuestas de la reforma para la mejora de la profesión docente. Entre ellas destacaban: pruebas para acceder a los grados en Educación Infantil y Primaria para seleccionar a los/as mejores; endurecer la entrada al máster del profesorado; crear asignaturas en las que se aprenda a enseñar en carreras diferentes a las de Educación en titulaciones que habilitan para ser docentes; un nuevo sistema de evaluación del profesorado supervisado por la Inspección y premiar la “calidad docente”; identificar al profesorado excelente para que sean tutores de prácticas y recompensarles por ello; más prácticas en el máster del profesorado; renovación de temarios y nueva estructura de las oposiciones docentes; o un nuevo modelo para el funcionariado en prácticas, entre otras.

Se proponen mejoras como la actualización de temarios, un sistema de oposiciones más objetivo y la introducción en el subgrupo A1 para el cuerpo de maestros y maestras, lo que supondría una aproximación a una demanda histórica de SUATEA: creación del cuerpo único docente.
Desde el Ministerio apuestan por la reversión de recortes educativos y alguna mejora a cambio de nuevas exigencias y del endurecimiento de los requisitos para el personal docente. La reversión de recortes se refiere a la regulación vía normativa básica -de obligado cumplimiento- de bajada de horas lectivas y de ratios, lo que permitiría hacer desdobles, codocencia, apoyos en el aula o grupos flexibles para individualizar la enseñanza del alumnado vulnerable. También un sistema de oposiciones, muy demandado, que sea más objetivo y con una actualización de los desfasados temarios.
Otro aspecto positivo sería la disminución de la burocracia con el uso de la Inteligencia Artificial, pero la joya de la corona -sin duda- sería el nivel A1 para el cuerpo de maestras y maestros. Con matices, que deben abordarse en la negociación, puede conseguirse. Pero todo ello usando el condicional y sin concretar nada por escrito. A cambio de las mejoras, se nos plantean sacrificios, como son: elevar el nivel de exigencia endureciendo el acceso al “Magisterio” -ahora Facultades de Educación-, las prácticas universitarias tanto para Primaria como para Secundaria, el Máster de Educación, la tutela de quienes aprueben la oposición y el aspecto que genera más controversia, la carrera profesional, o dicho de otra manera, la constante evaluación por objetivos de la que se haga depender parte del salario de manera individualizada.
Desde nuestro sindicato lo tenemos claro, estamos en contra de cualquier proyecto de Estatuto Docente basado en un modelo competitivo y jerarquizado entre el profesorado, que tiene sus raíces en una concepción neoliberal de la educación y de la vida en general, donde el individualismo se impone a la cooperación y al trabajo en equipo. Nos oponemos a los falsos argumentarios de la “rendición de cuentas” (evaluaciones externas y estandarizadas) que siempre desembocan en la creación de rankings, y, en definitiva, en el aumento de desigualdad.
En consonancia con lo anterior, combatiremos la pretensión de instaurar el “MIR” educativo, que retrasa la equiparación de las condiciones laborales del profesorado que adquiere la condición de funcionario/a de carrera, y que en su gran mayoría ha prestado servicios docentes durante muchos años antes.
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