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El 5 de octubre se celebra anualmente el Día Mundial de los y las Docentes desde el año 1994. Se conmemora, así mismo, el aniversario de la Suscripción de la Recomendación de la OIT y la UNESCO relativa a la situación del Personal Docente(1966).
A lo largo de la historia, las docentes han pasado momentos difíciles por la dureza de la realidad en la que vivían, en centros ubicados en viejos edificios, pueblos aislados, con escasos materiales, además de la persecución sufrida por parte de aquellos regímenes que, a sabiendas de que un pueblo culto es más difícil de engañar, perseguían a quienes se dedicaban a enseñar (el llamado “genocido de los maestros” de la dictadura franquista no nos queda tan lejos históricamente). Pero la vocación de las docentes hizo posible que las aulas se convirtieran en lugares agradables para enseñar y aprender. La superación de tantos obstáculos les brindó la oportunidad de tener un trabajo remunerado y, por tanto, una independencia económica. A pesar de todo, las docentes siguieron con la crianza y las labores de casa. Durante muchos años, la enseñanza en la infancia se ha considerado como una prolongación de la maternidad. Este argumento podría ser la base del origen de la feminización de la docencia. Otras teorías, en cambio, se fundamentan en el desprestigio de esta profesión por parte del varón, ya que está relacionada con el ámbito social, principalmente en educación.
En 1857, la “Ley Moyano” contempló, por primera vez en España, el derecho de las niñas a una educación formal diferenciada por sexos. La República sí que dignificó a las docentes, porque las valoró y potenció su trabajo, creatividad e imaginación. Además, las maestras mostraron una gran preocupación por una formación adecuada a las alumnas, carente hasta el momento. Por otra parte, la entrada de la mujer a la universidad permtió alcanzar un status social que no podíamos imaginar hace más de un siglo. Después de la década de los 70, el número de mujeres docentes ha ido en aumento y han sabido adaptarse con nuevas metodologías a los nuevos retos que exige la sociedad actual, marcada por la globalización, la inmigración, la educación en valores, el feminismo. Según el último informe del INE de 2021, el 67,2% de docentes son mujeres. Fuentes como las del Régimen General No Universitario indican que ellas alcanzan el 72,4%. La máxima presencia de mujeres se da en Educación Infantil y corresponde a un 97,6%, mientras que en las enseñanzas deportivas el porcentaje es de 15,6%. Son datos que confirman que, a pesar de que la mujer participa cada vez más en el campo deportivo, aun no ha habido una equiparación con el hombre. En la enseñanza Universitaria esta cifra se eleva al 43,3%.
La docencia tiene que ser ejercida con propiedad, humildad, voluntad y compromiso para que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea un éxito y contribuya a la formación autorreflexiva de todas las personas con la intención de crear sociedades más justas. La profesión docente debe ser dignificada, por eso es necesario invertir en educación pública para garantizar los principios de libertad, igualdad, solidaridad, accesibilidad, respeto y no discriminación. Lograr una educación de calidad es tarea de todas y todos. La docencia es la herramienta para el cambio social. En este día, 5 de octubre, no solo exigimos el respeto de la profesión docente, sino que también pedimos a los gobiernos que trabajen para que la educación sea un derecho para todas las niñas y niños del mundo.
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