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Un año tras otro comprobamos que la violencia de género sigue siendo la principal causa de muerte entre las mujeres de entre 15 y 44 años en todo el mundo, por delante de la suma de las muertes provocadas por el cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico y las guerras.
La violencia contra las mujeres tiene el mismo origen pero diversas formas. La sociedad patriarcal que las discrimina y relega a la pobreza, a la exclusión, al hambre. Violencia machista en las relaciones de pareja. Bajo la forma de abusos sexuales, de falta de acceso a la sanidad, a la educación. Violencia que las obliga a la reclusión, a la prostitución, a la esclavitud, al matrimonio forzado. Que las mutila, que las utiliza como arma de guerra o campo de batalla.
Las cifras de esta violencia nos abruman. 603 millones de mujeres viven en países donde no se considera delito la violencia de género. 40 millones de niñas desaparecen en India por infanticidio. 250.000 niñas ejercen la prostitución en Brasil.
Cifras que hablan de las mujeres como productoras del 70% de los alimentos mundiales, y poseedoras tan sólo del 2% de la propiedad de las tierras; de las mujeres que trabajan en empleos vulnerables, que cobran hasta un 90% menos que los hombres; que cuidan y alimentan a la población, que realizan el 80% del trabajo no remunerado; que no tienen acceso a la educación, que forman parte de esos 2/3 de las mujeres del mundo que son analfabetas.
Son 21 millones las mujeres que acuden cada año a abortos inseguros y 47.000 las que mueren por ello. Una de cada cuatro sufre agresiones sexuales durante el embarazo, 500.000 mueren por complicaciones en él.
La mutilación genital pone en riesgo la vida de 2 millones de niñas cada año. En India, en un año, 22 mujeres fueron asesinadas por motivos relacionados con la dote. En el mundo hay más de 60 millones de esposas niñas.
En el Estado español, en diez meses, son 65 las mujeres y niñas asesinadas, víctimas de la violencia machista. Una realidad que el Gobierno quiere obviar, escondiendo las estadísticas reales y negándose a reconocer que -fuera de disminuir- la violencia contra las mujeres sigue aumentando. Y es este mismo Gobierno el que ha recortado más de un 24% el presupuesto destinado a las políticas de igualdad, tres veces más que cualquier otra partida.
Además, a pesar de la importancia de la educación en igualdad para la prevención de la violencia, la LOMCE ha eliminado los principios coeducadores de convivencia y no discriminación, de educación en valores humanos y materias que potencien estos contenidos, necesarias para la eliminación de la violencia machista y la no discriminación por razón de sexo.
Poco parece importarle al Gobierno que los malos tratos aparezcan cada vez en edades más tempranas. Ni que el 4,9% de las adolescentes hayan sido víctimas de violencia y una de cada cinco lo pueda ser porque justifique el sexismo y la agresión como forma de enfrentar los conflictos.
En nuestra Comunidad Autónoma vemos como desde la Administración educactiva se miniza el esfuerzo coeducador organizando las asesorías de los CPR de forma que se olvide la apuesta por la coeducación de cursos anteriores. Por otra parte, hace tan sólo una semana se aprobó en la Junta General del Principado una ILP que supone un nuevo obstáculo para aquellas mujeres que desean ejercer su derecho a decidir sobre su maternidad y que derivará fondos públicos hacia instituciones privadas que niegan a las mujeres su derecho a decidir sobre sus derechos reproductivos.
Estadísticas, cifras que nos hablan de agresiones, de violaciones, de mutilaciones, de asesinatos, que nos hacen un mapa de la situación de discriminación que siguen padeciendo las mujeres en todo el mundo.
Pero no podemos olvidar la realidad que esconde cada número, cada dato. No podemos olvidar que detrás de cada uno hay un nombre, una historia, unos sueños, una vida.
Por todo esto, desde la Organización de Mujeres de SUATEA, hoy, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, queremos recordar a todas las que han sufrido violencia machista, a las que la sufren día a día. A las que ya no están porque han sido asesinadas. A sus madres, hijas, hijos, a todos sus entornos afectivos. Queremos recordar todas esas vidas arrebatadas por la brutalidad machista.
Hoy y todos los días del año seguimos unidas en un solo grito contra la violencia machista. ¡Porque no son cifras, son vidas!
Uviéu, 25 de noviembre de 2013
Organización de Mujeres de SUATEA
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