La LOMLOE, una fuente de frustración y desencanto entre el profesorado asturiano

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La implantación de la LOMLOE se convirtió desde el curso pasado en uno de los objetivos principales de la Consejería de Educación. Desde SUATEA, en consonancia con otras organizaciones sindicales, planteamos a la  Consejería la conveniencia de aprovechar este curso 2022-23 para ir organizando la aplicación práctica de la misma, sin imponer plazos inmediatos al profesorado. Una Ley que impone cambios de calado en el funcionamiento del sistema educativo no debe de comenzar a aplicarse sin haber previsto con antelación el proceso de desarrollo, concreción y aplicación de la misma.

Sin embargo, la Consejería hizo caso omiso a estas peticiones y decidió iniciar el proceso, aún sabiendo que eran muchos los flecos que estaban por abordar. En primer lugar, estaba la paradoja de iniciar el curso sin conocer siquiera cuáles eran los currículos que corresponden a cada espacialidad, cómo se iban a realizar las programaciones correspondientes, cuáles van a ser los criterios educativos que se utilizarán a lo largo del curso, cómo se concretarían los cursos de formación para el profesorado  y demás.

Al rechazar la petición de posponer su aplicación hasta el próximo curso, la Consejería  ha impuesto unos plazos que se están convirtiendo en una fuente frustración y desánimo para el conjunto de la plantilla docente. El hecho de que buena parte de los docentes hayamos tenido que trabajar en el desarrollo de diferentes leyes educativas que se suceden unas a otras según se producen los cambios de gobierno es un elemento de frustración y malestar, teniendo en cuenta que todo el trabajo que en la actualidad se está desarrollando puede resultar un esfuerzo baldío, teniendo en cuenta que el principal partido de la oposición ya ha manifestado su deseo de proceder a la derogación de la LOMLOE si en alguna ocasión llega a hacerse con las riendas del gobierno.

La pasada semana se inició un curso de formación de quienes desempeñan en los centros la figura de Coordinador de bienestar emocional del alumnado. Múltiples han sido las quejas recibidas por parte de personas que participaron en la citada actividad debido a que en la misma se informó de los requisitos a cumplir por quienes ostentan esa responsabilidad al tiempo que se les informaba de un elevado número de funciones a realizar. Ya en septiembre, coincidiendo con el inicio de curso, desde SUATEA denunciamos que lo que se necesita para llevar a cabo esa función es ampliar los recursos y el reconocimiento de ese trabajo en el horario lectivo del profesorado en lugar de dejarlo a la disponibilidad horaria existente en los centros. La Consejería sigue aprovechándose del voluntarismo de un profesorado que poco a poco va consumiendo su paciencia.

Conviene recordar cómo hemos llegado a esta situación. El Gobierno central y el Ministerio de Educación, aprovechando la pandemia, tramitaron a toda velocidad una nueva Ley  sin consultar apenas a la comunidad educativa. En su momento señalamos que estábamos ante una Ley que tenía numerosos elementos de mejora. Reconocemos el esfuerzo y la responsabilidad profesional del profesorado que viene trabajando desde el inicio del curso para poder cumplir con los objetivos que se plantean desde la Administración. Y denunciamos que este trabajo se viene efectuando en medio de un creciente desánimo. Ni los plazos permiten cumplir con los propósitos a tiempo, ni se están resolviendo las incertidumbres que generan una metodología y terminología nuevas todo ello a la espera de una formación que no acaba de llegar. En los últimos días hemos conocido diferentes propuestas de rechazo surgidas en algunos centros referidas a aspectos concretos relacionados con la aplicación de la Ley. Creemos que la Consejería debería prestar atención a estos hechos si no quiere correr el riesgo de que el resultado final sea un rechazo frontal desde el profesorado tanto hacia la nueva Ley como hacia sus propias instrucciones.

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