La crisis del coronavirus: la Escuela Pública saca músculo

La crisis del coronavirus: la Escuela Pública saca músculo

Vivimos una situación imprevista y excepcional en la que toda la sociedad está ofreciendo lo mejor de sí misma para superar el reto que tenemos planteado. Desde SUATEA pensamos que, ante esta situación, nadie debería ponerse de perfil, que es responsabilidad de todas y de todos arrimar el hombro. Sin duda, el profesorado asturiano está aportando su trabajo ingente y generoso poniéndose al lado de familias y alumnado para compartir la experiencia de estrés emocional que nos toca vivir en estos días.

La profesionalidad y responsabilidad del profesorado ha permitido que en menos de una quincena se haya producido un profundo giro en la labor docente, adaptando los métodos de trabajo a una realidad inesperada.  Estamos ante un momento de profunda renovación pedagógica en la que el profesorado está echando mano de toda su capacidad docente, de su creatividad, de su empatía emocional y de sus propios medios tecnológicos para intentar llegar a todo su alumnado, para preocuparse por su estabilidad emocional, para continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje en un contexto desconocido de incertidumbre y de temor. Todo esto se está haciendo sin mucho ruido, con un trabajo silencioso que llega a cada hogar y que la mayoría de las veces no es capaz de percibir que también en lo personal, cada profesor o profesora tiene que afrontar sus propios retos personales y de conciliación familiar como lo hace el resto de la sociedad. 

Esta situación ha abierto el debate de cómo continuar el proceso de enseñanza- aprendizaje y cómo acabará este atípico curso 2019-2020 que marcará en adelante nuestras vidas. En SUATEA creemos en la capacidad de las personas y de la sociedad para superar los momentos difíciles. Por ello tenemos la convicción de que acabar este curso sin impartir los contenidos curriculares previstos no es una desgracia ni supondrá un lastre para nuestro alumnado. Lo hemos visto en casos individuales, cuando una enfermedad de larga duración ha mantenido algún alumno o alumna alejado de las aulas. Su reincorporación ha permitido recuperar, en muchas ocasiones con creces, el tiempo que antes se había perdido. Por esto, mantenemos el optimismo y creemos que, si ponemos la calidad educativa en el centro, también podremos salir adelante en esta situación. Máxime si somos conscientes de que  esta pérdida de la que hablamos afecta al conjunto del alumnado y no a casos individuales. Será mucho más fácil recuperar lo perdido. 

La Escuela Pública es, sobre todas las cosas, equilibradora de desigualdades, es el terreno en el que se da la oportunidad a todo el alumnado de crecer, aprender y enfrentar la vida con todas sus capacidades al máximo para progresar y para vivir feliz. No es una fábrica de titulaciones, ni una máquina de separar “buenos y malos”, es el terreno de la igualdad, de la atención, de la empatía, del trabajo colaborativo, de la construcción de un futuro mejor y esa es  la tarea en la que actualmente se encuentra el centro de las preocupaciones y del trabajo del profesorado asturiano. 

Es por todo esto que abogamos por la promoción directa de todo el alumnado para el próximo curso, sin que ello suponga dejar en blanco lo que queda de curso. El alumnado no puede llegar a la evaluación de final de curso en desigualdad de condiciones: la brecha digital y la brecha social suponen que muchos alumnos y alumnas tengan dificultades para seguir los contenidos curriculares. Por ello, seguiremos insistiendo en la necesidad de un trabajo coordinado para el tercer trimestre en el que se dé paso al repaso de los contenidos ya abordados y a la enseñanza de las competencias desde su punto más humano y social, no desde su punto empresarial o competitivo. Creemos en la inclusión y en la posibilidad de dedicar el tiempo que queda del curso 2019-2020 a fomentar la autonomía personal, la corresponsabilidad de nuestro alumnado en lo doméstico, la igualdad en todos los ámbitos, la actitud crítica ante la inmensidad de bulos que nos encontramos, la autorresponsabilidad ante los riesgos para su propia salud, el conocimiento de las realidades sociales de todas las personas, el repaso de conceptos importantes para analizar la situación excepcional en la que vivimos, el debate pausado y argumentado frente al mensaje del odio, la solidaridad entre los territorios y situaciones particulares, las emociones que nos conectan con el dolor y con el duelo, las estrategias personales para seguir creciendo y aprendiendo. En resumen, trabajar la faceta más humana de nuestra profesión docente.

Esto solo será posible si nuestras autoridades proceden también a efectuar su propia renovación. Por ello, desde SUATEA exigimos una serie de cuestiones a la

Consejería de Educación para este final de curso:

1- Instrucciones claras y precisas para la docencia a lo largo de un tercer trimestresin clases presenciales, que pongan la vida en el centro, no la burocracia que recarga inútilmente nuestro trabajo.

2- Medidas efectivas y rápidas para que la brecha digital y social de nuestro alumnado no les impida seguir, de alguna manera, el curso.

3- Contratación de profesorado para cubrir bajas y para dar respuesta educativa al cien por cien de los grupos de alumnado de cada centro.

Además, en SUATEA pensamos ya en el curso 2020-21, que será excepcional porque nos tocará trabajar lo que hayamos perdido este año. Esto solo será posible con un esfuerzo por parte de la Consejería de Educación que tenga como objetivos:

1- Bajada de ratios generalizada que permita la recuperación de contenidos 

2- Dotación de plantillas en todos los centros educativos que contemplen lageneralización de desdobles en los grupos para facilitar una atención a la diversidadque, a distancia, es imposible.

3- Un esfuerzo presupuestario que revalorice la escuela pública y le permita ser laescuela equilibradora de desigualdades e integradora que debe ser.

4- La desaparición de los conciertos educativos para poder hacer toda la inversión deldinero público en la escuela pública, la escuela de toda la población.

                                                                                              Asturies, 6 de abril 2020