El personal educativo no siembra odio, se limita a cumplir las leyes

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Las palabras del dirigente del Partido Popular de Cataluña, Javier García Albiol, en las que afirma que “En la mayoría de las escuelas públicas de Cataluña se educa para odiar a España” nos llenan de estupor.

La escalada de tensión que está generando el conflicto entre el gobierno de la Generalitat de Cataluña y el gobierno central amenaza con abrir paso a una fase en la que cualquier afirmación, por burda y falsa que parezca, puede llegar a ser posible.

Desde SUATEA queremos manifestar nuestra indignación ante este tipo afirmaciones. No conocemos la existencia de ninguna escuela en la que se enseñe a odiar. Su función es educar y nos consta que así se hace con el esfuerzo de miles de docentes a pesar la masificación de las aulas y la precariedad de medios de los que disponen.

El personal docente tiene como misión educar a la futura ciudadanía en valores como la tolerancia, la solidaridad, la importancia del mantenimiento de la paz, etc. Eso es lo que estipulan las leyes educativas y es lo que hacen. Un asunto diferente es que para defender las propuestas políticas particulares se decida recurrir a cualquier argumento para su defensa incluida la mentira y la calumnia.

Hemos conocido también estos días algunas afirmaciones semejantes referidas a los docentes de sindicatos como la UCSTE, sindicato de enseñantes de Cataluña con el que SUATEA mantiene relaciones fraternales. Más allá de manifestar nuestra solidaridad empezamos a sospechar que estamos ante una campaña que tiene como objetivo desprestigiar el trabajo cotidiano que se realiza en la escuela pública con el uso de argumentaciones basadas en la mentira. El modelo educativo que existe en Cataluña responde al sentir de la inmensa mayoría de la sociedad, si nos atenemos a los niveles de representatividad de los sindicatos que lo defienden.

Lo que más nos llama la atención es el hecho de que quienes hablan de adoctrinamiento ideológico son quienes han impuesto una ley como la LOMCE, rechazada por docentes, familias y otros sectores vinculados al mundo de la educación. Dicha ley impone programas y currículos educativos con una sesgada visión ideológica que ha sido denunciada desde múltiples campos. Que nos hablen de adoctrinamiento quienes defienden el trabajo de un ministro como Wert, que llegó a afirmar en el Parlamento que su objetivo era españolizar al alumnado de Cataluña, es una verdadera afrenta que rechazamos con la máxima energía.

Uviéu a  17 de octubre 2017.

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