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La promulgación de diferentes leyes educativas, 8 leyes diferentes en cuarenta años, ha suscitado siempre polémica en el aspe cto referido a cómo trasladar al alumnado una formación basada en el respeto a los valores democráticos, constitucionales y los derechos humanos. Se ha insistido en numerosas ocasiones en que la educación no debería de convertirse en un campo de disputas partidistas pero, más allá de los buenos deseos, la derecha política ha lanzado campañas contra la implantación de asignaturas como Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, a la que acusaba de adoctrinamiento.
Más allá de la polémica, queda la sensación de que el debate sobre cómo formar mentes críticas, capaces de analizar la realid ad social, sensibles a los problemas más candentes como el cambio climático, la igualdad de género, el respeto a la diversidad, etc. queda sin cerrar. La derecha, surgida de una reforma del franquismo, siempre ha visto con mucho recelo y desconfianza este
asunto.
Nos encontramos estos días con una iniciativa que parte de un Colegio Público de Uviéu que plantea como actividad el izado de la bandera española con motivo de la celebración del Día de la Hispanidad que ha sido asumida como propia por parte de la concejalía de Educación del Ayuntamiento. Desde SUATEA, nos cuesta entender cuáles son los objetivos de esta actividad e intentar casarla con el conjunto de valores cívico-democráticos que debe recibir el alumnado. Creemos necesario proceder a una reflexión sobre la propuesta. En algunos medios, el año pasado, se trató el izado de la bandera como actividad festiva con carácter patriótico. Si el objetivo de estos actos es un reconocimiento a la actividad laboral desarrollada desde las Fuerzas Armadas, nos preguntamos por qué tenemos que hacer un reconocimiento especial a una actividad laboral y no al resto, porque todas son igual de dignas: las mujeres de ayuda a domicilio, los bomberos forestales, el personal sanitario o i ncluso la misma actividad docente. Todos estos trabajos son actividades laborales dignas de un reconocimiento que no ofrece ninguna duda a nivel social por eso nos preguntamos cuál es el interés existente para realizar una actividad que incluye un reconocimiento frente a alumnado de una actividad que se puede asociar con la difusión de valores jerárquicos, militaristas o disciplinarios.
Si el objetivo fuera la celebración impulsar el hermanamiento con los pueblos hermanos de América Latina, no entendemos por qué habría que festejar una bandera y no de todas y cada una de las repúblicas hermanas, más allá de las connotaciones de carácter neocolonial que puede despedir el acto en sí mismo.
Sea como fuere, desde SUATEA no acabamos de ver a cuento de qué tenemos que celebrar el Día de la Hispanidad y menos con un acto militar en la escuela. Cuarenta años después, seguimos teniendo problemas para generar unos valores constitucionalistas en los que se integre toda la sociedad. El día que resolvamos esta cuestión habremos dado un paso en condiciones hacia un patriotismo cargado de valores como el respeto a la igualdad, diversidad o la mentalidad crítica, valores todos ellos universales.
Uviéu 11 de octubre 2022
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