Comunicado del 1 de mayo 2018

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Este año el lema de nuestro primero mayo es “Contra la precariedad”. Es un eslogan que resalta una realidad dramática, la realidad de mujeres, hombres, jóvenes y mayores a quienes se les niegan los derechos fundamentales, personas que  constituyen los nuevos esclavos contemporáneos que trabajan con horarios eternos que cotizan por la tercera parte de ellos y cobran sueldos de miseria que no dan para llevar una vida digna.

No es una precariedad que surja de la nada, no es la consecuencia de una crisis, sino el fruto de políticas que buscan acabar con derechos históricos conquistados, políticas impuestas poco a poco, como ladrillos que pretenden construir  el muro de la desigualdad y la injusticia. Su cimientos están bien claros: la moneda única, con un euro que desvaloriza, deprecia y desprecia nuestra vida; una ley mordaza feroz que reprime las luchas sociales; un gobierno que al dictamen de la UE intenta desmontar los servicios públicos, degradar la educación pública para beneficiar a la privada en inversión, desviando servicios sanitarios a clínicas privadas y negando la  estabilidad de miles de empleadas y empleados públicos que se van ver en el paro con la connivencia responsable de sindicatos como UGT y CCOO que firman acuerdos colaboracionistas sin importar las calamitosas consecuencias para la clase trabajadora.

Al contrario que ellos, no estamos dispuestos a la resignación. Por el contrario, nuestra respuesta será siempre la lucha.  Desde todos los rincones seguiremos saliendo a exigir justicia: justicia para las mujeres, que aún tenemos que luchar para garantizar la soberanía sobre nuestras propias vidas; justicia para acabar con la precariedad de los trabajadores y las trabajadoras; justicia para los desempleados y desempleadas y la gente joven que tiene que emigrar para buscar un futuro; justicia para la gente pensionista de hoy y de mañana, para la gente refugiada que quieren hacer invisible, justicia para acabar con la pobreza energética y con la destrucción ecológica del planeta, justicia para acabar con la recua de   ladrones, corruptos y corruptas y todos sus cómplices que dejan que este sistema nos vaya a convertir en esclavas y esclavos al servicio de unos pocos.

No renunciaremos a nuestra capacidad de lucha, de contestación en la calle ante las agresiones. Ejemplos como los de las mujeres el 8 de marzo que, con la fuerza que da la rabia y el poder que da la razón, han pasmado al mundo inundando las ciudades de morado. Ejemplo que muestra que las reivindicaciones se alcanzan así, poniendo el alma y el cuerpo, sin miedos, juntando todas las manos y conquistando los espacios que nos quieren arrebatar.

No renunciaremos a nuestra identidad, a nuestra lengua que sobrevive pese a las políticas que llevan décadas queriendo arrinconar e ignorar derechos de los hablantes. El asturiano y el gallego-asturiano son las lenguas de las asturianas y los asturianos, lenguas para hablar, disfrutar, defender y construir nuestra realidad con ellas.

No renunciaremos tampoco a conquistas tan importantes como el derecho a unas pensiones dignas. No son las clases privilegiadas quienes dependen de ellas, somos la clase obrera, quien las necesita en el presente y las va necesitar en el futuro. Esta lucha es la lucha de la gente trabajadora de ayer para la de hoy y de la de hoy para la de mañana.  Esta conciencia histórica de lucha colectiva nos enseña qué camino escoger y demuestra que no pueden aturdirnos con discursos engañosos sobre la falta de recursos. Nos enseña que nuestra fuerza es la colectividad y que con ella contamos para enfrentarnos y vencer a la minoría de explotadores.

La lucha del sindicalismo de clase y alternativo tiene que jugar un papel fundamental, representar coherencia contra la corrupción, el clientelismo y la traición de los otros. Nuestra responsabilidad es trasmitir esperanza, posibilitar la construcción de alternativas sociales, demostrar que nadie está solo que somos un solo puño, el puño que resquebrajará el  muro de la precariedad, de la injusticia y del machismo.

¡Por la construcción de otro mundo, de otra sociedad!

¡Puxa la lucha de la clase obrera!

¡Puxa Asturies!

 

 

Xixón, 1 de mayu de 2018

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