Campaña 18/23. Razones para una protesta.

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La enseñanza pública lleva ya 6 años de recortes acumulados. A una situación, que nunca tuvo la oportunidad de ser buena, se le aplicaron una serie de políticas de ajuste que han cambiado sustancialmente el desarrollo del día a día en los centros educativos. Todas las carencias que vive el alumnado como consecuencia del aumento de la ratio, la desaparición de apoyos y desdobles, el cierre de aulas en zonas rurales o la masificación de centros en espera de ampliaciones -por poner algunos ejemplos- inciden directamente en la labor del profesorado.

Atender a la diversidad del alumnado requiere una práctica docente de calidad que no puede darse con cada vez menos profesionales. Se vive una situación donde el voluntarismo y el sobreesfuerzo suplen la necesaria inversión que debe llevarse a cabo por la Administración.

En los centros de Secundaria, uno de los retrocesos más importantes que se ha producido en las condiciones laborales del profesorado está directamente vinculado al aumento de la jornada lectiva. La aplicación de una norma estatal se ha llevado a cabo en Asturias de manera más gravosa que en el resto de CCAA, lo que, unido a la ausencia de voluntad política por parte de la Consejería de Educación para tomar medidas que reviertan esta situación, hace aumentar el malestar y la tensión entre unos docentes que trabajan en peores condiciones que en el resto del Estado Español. Reivindicar la vuelta a las 18 horas es solo una parte de las reivindicaciones del colectivo, pero quizás de las que mejores repercusiones tendría en el funcionamiento ordinario de los centros. Aminorar el periodo lectivo tiene como consecuencia directa un ineludible aumento de la plantilla educativa. Más profesorado es lo que permitiría retomar muchas de las medidas de atención a la diversidad que se han eliminado (desdobles, apoyos, grupos flexibles…), desarrollar los proyectos de centro con profundidad, realizar las coordinaciones necesarias, volver a retomar tutorías desaparecidas, más disponibilidad para la preparación de materiales, equipos y prácticas en la FP, etc. Es necesario, más que nunca, que el profesorado muestre su rechazo a continuar en esta situación de precariedad, de agotamiento en el desarrollo de unas funciones cada vez más complejas, sobre las que aumentan las exigencias sociales y la burocracia. No son suficientes las declaraciones en los medios, los escritos o la recogida de firmas, ha llegado el momento de ir más allá, de hacer una presión mediática que acabe con la inflexibilidad de la Consejería ante nuestras demandas, esto se consigue saliendo a la calle y denunciando, saliendo en los medios y explicando la realidad de la educación asturiana a la ciudadanía.

Los centros de Primaria no están al margen de esta situación, la Administración incumple unos acuerdos que establecen la plantilla mínima necesaria para el correcto funcionamiento de las escuelas. Es necesario dar a conocer que en Asturias se adjudican las necesidades de personal aplicando criterios numéricos que buscan cuadrar las horas disponibles como si los maestros y maestras fueran robots a programar. Los especialistas deben servir para impartir cualquier materia, no hay personal de orientación aunque se cumplan los exigentes requisitos que se establecen en el Decreto donde se regula, se aplican ratios de 20 alumnos para AL y 12 para PT que nadie sabe de dónde salen, no hay disponibilidad para hacer apoyos, no hay tiempos para hacer coordinaciones, las actividades complementarias que salen adelante lo hacen a costa de horas fuera de la jornada laboral…

Cuando se reivindican 23 horas lectivas en Primaria, no se está pidiendo trabajar menos, lo que se pide son más docentes en los centros, que las medias jornadas se amplíen, que haya disponibilidad para hacer las actas necesarias, planes de trabajo individualizado, informes para las familias sobre la evolución de sus hijos e hijas y que se puedan retomar medidas de refuerzo que permitan mejorar académicamente a los niños y niñas que se atienden. Reivindicar 23 horas lectivas supone también dignificar las funciones del profesorado de Primaria e Infantil, que se dé importancia a la necesaria preparación de las clases, que no se puede pedir que se sea innovador o que se implementen metodologías activas sin facilitar tiempos para la formación y puesta en práctica de manera coordinada de las mismas. Necesitamos más docentes en los centros y más horas para todas las tareas que permitan impartir clases con los resultados que queremos. Todo esto se consigue reivindicando y haciendo pública una demanda con un lema concreto que engloba muchas soluciones.

Les 18 y 23 horas lectivas son un compromiso con la calidad educativa, con la dignidad de los maestros y maestras, con las necesidades del alumnado, en definitiva, con la escuela pública.

¡Salgamos a exigir ese compromiso!

 

 

Uviéu, 26 de enero de 2018.

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