1º Mayo. Parar los recortes, la corrupción y la represión

Pan, Trabajo, Techo

Volvemos a pasar por el Primero de Mayo siendo conscientes de que, cada día, está en la calle y en la movilización el futuro de la gente, de los pueblos, de la clase trabajadora.

Seguimos enfrentándonos a los abusos del capital, que tienen en las marionetas que nos gobiernan, desde la Unión Europea, desde el Estado Español y desde el Principado de Asturies a su mejor aliado para seguir imponiendo las condiciones para empobrecimiento de la clase trabajadora.

Somos también conscientes del trabajo que tenemos delante y de su trascendencia, para seguir sensibilizando sobre lo que nos viene encima, pero también de la necesidad de seguir caminando por las calles, los centros de trabajo y las conciencias, vía más efectiva para atacar a quienes nos atacan.

Están quitándonos todo, y además vemos, con mucha preocupación, cómo aumenta el número de persones por debajo del umbral de pobreza. Esto quiere decir vivir en condiciones de pobreza energética, sin trabajo, y muchas veces sin techo… y sin pan. Al mismo tiempo sigue dándose la precarización del trabajo, por las fórmulas de contratación y por la eliminación de derechos laborales. Vemos cómo los servicios públicos se privatizan o directamente se cierran. Vemos cómo «apañan» sus blanqueos y corrupciones con nuevas normas fiscales que toleran, legalizan y alientan las prácticas de fraude fiscal que ellos mismos practican. En Asturies, asistimos a la quiebra de un modelo político-sindical basado en el uso indecente de los fondos europeos para mantener una red clientelar con la que fabricar mayorías electorales que permiten mantener el gobierno asturiano de forma casi continua desde hace más de treinta años.

Todos estos ataques tienen consecuencias directas y muy graves sobre la escuela pública, tanto sobre sus trabajadores y trabajadoras como sobre estudiantes y familias. La aplicación de la LOMCE, auténtica contrarreforma educativa, junta los recortes de los gobiernos central y asturiano en forma de subida de ratios y de jornada lectiva, y disminución de medios para la atención a la diversidad, repercuten negativamente en la calidad del enseñanza de una generación condenada, además, a la emigración y a la precariedad. La lucha por la escuela pública es hoy más que nunca la lucha por el futuro de la juventud asturiana.

Llevamos ya mucho tiempo dando a conocer y luchando para tornar este nuevo ataque a las ciudadanas y ciudadanos (el TTIP -Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión-), que está cocinándose desde las altas instituciones europeas y norteamericanas, sin la mínima participación de los parlamentos nacionales: TTIP, el CETA (entre la UE y Canadá) y el TISA (acuerdo multilateral entre 50 países sobre el comercio de Servicios). El horizonte que se abre de aprobarse esta barbaridad apunta directamente a la privatización de servicios básicos para la ciudadanía, como es la educación. Si la UE y la moneda única son el corsé neoliberal, el TTIP es el potro de tortura.

Todo ello junto supone un verdadero ataque contra los derechos y libertades de la ciudadanía y la gente trabajadora y contra la soberanía de los pueblos.

Al mismo tiempo acaban de aprobar una ley, la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como Ley Mordaza, con la que pretenden, por la vía de la represión y la amenaza, tenernos callados y en casa. Una ley que pervierte el sistema, suprimiendo libertades y derechos fundamentales.

A cambio, nuestro compromiso y nuestra lucha sigue renovándose y agarrando fuerza a golpe de DIGNIDAD y de CALLE. Hoy, sin duda, nuestro mensaje se llena de sentido, y es el compromiso que asumimos: Pan, trabajo, techo. Parar los recortes, la corrupción y la represión. Y la forma de hacerlo responde a una proclama social mil veces repetida en las plazas desde el 21-M: “La calle es el único camino para que los cambios sean reales, para que haya una verdadera trasformación social”.